El diputado naranja critica que los partidos nacionalistas y el PSC hayan presentado una enmienda a la totalidad a la proposición de ley sobre las lenguas de Cs

Parlament de Catalunya, miércoles 23 de noviembre de 2022. “Queremos una Cataluña abierta y democrática que defienda su auténtica naturaleza bilingüe, en catalán y en español”. Así lo ha dicho el diputado de Ciutadans (Cs), Nacho Martín Blanco, en su defensa de la proposición de ley de implantación del programa trilingüe de alternancia de lenguas y del programa de capacitación intensiva en lengua inglesa para docentes de Cs que ha sido finalmente rechazada en el pleno del Parlament. Martín Blanco ha empezado su intervención agradeciendo la presencia en el hemiciclo de las entidades que trabajan para la defensa de las libertades lingüísticas como Convivencia Cívica Catalana, Asociación por la Tolerancia, Cataluña Suma, Societat Civil Catalana, Escuela de Todos, Impulso Ciudadano y Espanya i Catalans.

El diputado de Cs ha asegurado que “el nacionalismo juega con el miedo de los ciudadanos y en decirles constantemente que el catalán está en peligro de extinción” y que, por lo tanto, “hay que hacer políticas para arrumbar más el español”. “Están inmersos en un proceso de ingeniería social que pretende cambiar los usos y costumbres” ha explicado y ha lamentado que Cataluña sea “la única región del mundo en que los ciudadanos no tienen la oportunidad de educar a sus hijos en su lengua materna” porque “Cataluña vive bajo la férula de un régimen nacionalista que quiere erradicar de forma definitiva el castellano de la enseñanza de nuestros hijos”.

El diputado naranja ha criticado que los partidos nacionalistas y el PSC hayan presentado una enmienda a la totalidad a la proposición de ley sobre las lenguas de Cs. Martín Blanco ha reivindicado que “España tiene un tesoro con una lengua común como el español” y se ha comprometido a “luchar por el bilingüismo en Cataluña y defender la promoción del catalán, pero nunca en perjuicio del español”. Para el diputado liberal, la ley de usos lingüísticos impulsada por separatistas y socialistas sostiene que “el español es una lengua de segunda y que, por lo tanto, los castellanohablantes son ciudadanos de segunda”. Martín Blanco ha acabado pidiendo “que se imponga el sentido común” y “una forma de entender Cataluña más amplia y abierta” y no una visión “reaccionaria, identitaria y basada en la pedagogía del odio”.